El hijo prodigo es un drama de carácter religioso
que se enraíza con el teatro quechua. Como su nombre lo sugiere, su nombre es
una versión de la parábola bíblica, pero con fuertes elementos indígenas. El
hijo menor e Kuyaj Yaya, Hurin Saya, joven convertido al cristianismo, inicia
un viaje con la finalidad de conocer el mundo, enriquecer sus conocimientos y
deleitarse con todo lo bueno que puede encontrar en la vida.
En su travesía lo acompañan Diospa Simin (la
Palabra de Dios), que permanentemente lo aconsejará para que no se desvíe del
buen camino, y Uku (el cuerpo), que es un bufón.
Los tres se encuentran primero con Huayna Kari,
símbolo de la juventud, y luego con Mundo, que es sinónimo de diversión, de
placeres. Mundo le presenta a su hermana Aicha, que representa a la
voluptuosidad, y Hurin Saya se enamora perdidamente de ella, e inicia una vida
licenciosa que lo destroza física y moralmente. Harapiento y desfigurado, busca
a sus amigos de diversión, pero todos lo echan porque ya no tiene dinero para
gastar en fiestas.
En su desesperación, el joven cristiano se hace
sirviente del diablo, entristecido por sus penurias, al final de la obra, la
palabra de Dios lo rescata del infierno, y Hurin Saya regresa a su hogar, donde
su padre lo recibe jubiloso, ante la protesta del hermano mayor, Hanan Saya,
que no había salido de su casa.
4.4. Juan del Valle Caviedes:
Juan del Valle y Caviedes (¿1654 – 1698?), animo la
corriente satírica y criollita que tanta fortuna haría en la literatura
peruana.
Su expresión sencilla y directa, así como la índole
de sus temas, lo definen como un poeta popular: alejado del gongorismo, por ser
ajeno a la erudición y los cultos artificios que tal escuela frecuentara; y
definitivamente orientado hacia el conceptismo, en cuanto emplea a la razón
como elemento básico de su estilo.
Nació en Villa de Porcuna (Andalucía); pero muy
niño fue traído a estas tierras y, por ende, formo en el Perú formo su concepto
del mundo.
Su padre, dedicado a los azares y trasiegos del
comercio, descuido educarlo; y llegaron años en los cuales se desbordo su
inquietud, placeres y livianos amoríos consumieron quizá sus años mozos y fue
necesario enviarlo a España para condicionar la moderación de su conducta.
Al cabo de tres años recibió, allí, la noticia de
la muerte de su padre. Regreso, para hacerse cargo de los negocios familiares,
y en las alturas de Huarochirí anduvo entonces aplicado a tentar fortuna en la
minería. Contrajo matrimonio (1671), con su joven colegiala a quien profeso
sincero afecto; pero nada altero sus desordenadas costumbres.
Arruinado al fin, y enfermo, obtuvo un tenducho o
“cajón” en la Ribera de palacio. Enviudo, y parece que el sentimiento troco el
ritmo de su vida pues, dominado por recóndita amargado, empezó a mirar como
extrañas y lejanas las cosas del contorno.
Fue desde entonces un espectador situado fuera de
la escena y por eso capaz de apreciar la farsa escondida tras de su apariencia,
pero también fue el actor ignorada menté corrido por su laceria.
Para desahogarse compuso versos punzantes o
temblorosos, tan sencillos y plenos como “frutos silvestres de árbol de inculta
montaña “. Y oscurecida la mente durante sus últimos años, desapareció
calladamente.
En romances, decimas y cuarteles, del Valle y
Cabiedes escribió numerosas sátiras, que infructuosamente dispuso para la
estampa, en un volumen cuyo título es por si solo una revelación de vivacidad y
picardía, agudeza y originalidad: Diente del parnaso.
En gran parte está dedicado a combatir contra los
medios, cuyas artes fueron ineficaces para aliviar al poeta de los dolores
ocasionados por un mal indefinido; pero no faltan mordientes burlas dirigidas
como las costumbres de su tiempo, contra los tipos sociales que los
representaron, o contra las veleidades del amor.
OBRAS:
Obra mayor:
Diente de Parnaso
Soneto:
• Al doctor Bermeja
• Catorce definiciones del amor
• Remedios para saber lo que quieres
• Definición de la muerte
• Un abogado narigón
DIENTE DEL PARNASO
DÉCIMAS DE JUAN DEL VALLE Y CAVIEDES
A UN POETA QUE DE HACER VERSOS LE DIERON CURSOS
Enfermo estás de tus obras,
puesto, Vicente, que miras
que adoleces por detrás
de unas malas seguidillas.
No son más limpias tus coplas
que el mal de tu rabadilla,
porque tus cursos son cacas,
tus coplas cacofonías...
Límpiate con la comedia
que hiciste el otro día,
que más parecía toro
según chiflaban y huían...
Lee tus obras y no harás
penosas las medicinas,
que aquél que una copla aguarda
sufrirá dos mil jeringas...
Tus obras y lo que obras
todo es una cosa misma,
pues son tus letras tan sucias
que me parecen letrinas.
LOS PRIVILEGIOS DEL POBRE
El pobre es tonto, si calla;
y si habla es un majadero;
y si afable, es embustero;
si es cortés, entrometido;
cuando no sufre, soberbio;
cobarde, cuando es humilde;
y loco, cuando es resuelto;
si valiente, es temerario;
presumido, si es discreto;
si pretende, es atrevido;
si merece, es sin aprecio;
su nobleza es nada vista,
si trabaja, es codicioso,
y por el contrario extremo
¡Miren si son privilegios!
A MI MUERTE PRÓXIMA
Que no moriré de viejo,
que no llego a los cuarenta,
pronosticado me tiene
de físicos la caterva.
Que una entraña hecha gigote
al otro mundo me lleva,
y el día menos pensado
tronaré como arpa vieja.
Nada me dicen de nuevo;
sé que la muerte em espera,
y pronto; pero no piensen
que he de cambiar de bandera.
Odiando las melecinas
como viví, así perezca;
que siempre el buen artillero
al pie del cañón revienta.
Mátenme de sus palabras
pero no de sus recetas,
que así matarme es venganza
pero no muerte a derechas.
Para morirme a mi gusto
no recurriré a la ciencia
de matalotes idiotas
que por la ciudad pasean.
¿Yo a mi Diente del Parnaso
por miedo traición hiciera?
¡Cuál rieran del cronista
las edades venideras i
Jesucristo unió el ejemplo
a la doctrina, y quien piensa
predicando ser apóstol,
de sus obras no reniega.
¡Me moriré i buen provecho.
¡Me moriré i en hora buena;
pero sin médicos cuervos
juntos de mi cabecera.
Un amigo si está avis
rara mi fortuna encuentra y un
franciscano que me hable
de las verdades eternas,
y venga lo que viniera,
que apercibido me encuentra
para reventar lo mismo
que cargada camareta.
CON ANTEOJOS QUE DESENTERRARON DE EL CALLAO, SIENDO EL SOLO, PORQUE
MATABA MAS QUE MUCHOS JUNTOS Y TENIA POR FLOR COMERLES LA COMIDA A LOS ENFERMOS
DICIENDO QUE LOS ANIMABA A COMER
Tuerto dos veces, por vista
la una y la otra por ciencia,
pues en la endiablada tuya
nunca haces cosa a derechas.
No llames siempre ante-ojos
a los que traes, porque a medias
ante-tuerto has de llamarlos,
pues la mitad está a ciegas.
Si no tienes más que un ojo
ociosa está una vidriera;
por cosa que no aprovecha.
si todos a ciegas curan tú no,
Tu vista nadie la entiende,
pues ni se repara en ella
tú no miras sino apuntas,
tú no ves sino que asestas
no atinas con las recetas,
pues das tan lejos del mal
que todas las curas yerras?
las comidas y aun las cenas
y que se mueran de dieta.
tus malditas purgas puercas,
parte también, que les echas,
que en un tuerto es cosa nueva.
Que el comerles las viandas
no es curarle las dolencias,
Si con los enfermos curas
tus hambres y tus pobrezas
tú el enfermo que remedian.
Media visita debián pagarte,
que quieren medio ve al enfermo
con descrédito de albéitar,
Hínchate, doctor, de paja,
que las albardas rellenas
no matan tanto, y tendrás
hecho tu plato con ellas.
Que eres albarda no hay duda,
por ser de albarda está en jerga.
COLOQUIO QUE TUBO CON LA MUERTE UN MÉDICO ESTANDO/ ENFERMO DE RIESGO.
El Mundo todo es testigo,
y que de tus tiros tuertos,
en mí tienes los aciertos.
que por cada mes de vida,
te daré treinta mil muertos
Muerte, si los Labradores,
dexan siempre que sembrar,
frutos te damos y mayores,
pues con purgas y con untos
para que llene las troxes,
diez fanegas de Difuntos.
pues la muerte sin Doctores,
no es muerte que es media vida,
sin que en tu aljaba concierte
siendo en tan grande mansilla
Muerte sin Médico es llano,
que será por lo que infiero,
espada, o Lanza sin mano,
que muerte tendrán en vano,
porque aunque la muerte sea,
que a nadie mata es constante,
si el Doctor no la menea.
Muerte injusta a mí también
mas ya se no es maravilla,
pagar mal el servir bien,
y muero de este accidente,
que no he de ser más Doctor.
si así a los Médicos tratas,
que han de andar después a gatas,
porque soles, ni desmanes
fruta, y Nieve sin licor,
vala, estocada, ni canto,
Porque fiera no me achaques
Vrbanilla y Melchor Basquez,
que despachan más que chasques,
de Ojo de Plata que al día
primero el enfermo ha muerto,
que como este es Doctor tuerto,
Seré el uno y otro Vtrilla,
en desollar con mis Artes,
y por matar por tres partes,
con que es tres ojos de plata.
Seré el Doctor Corcobado,
que con emplastos y apodos,
virla él solo más que todos
porque este mata doblado,
no hay vida en que no se meta,
de todos los Barbarismos.
Seré en pegar la pedrada,
Don Lorenzo el sin igual,
porque su Cura es aindiada,
de Médico mas se advierte,
que tan sólo es en el rigor,
Seré don Pedro Chinchilla
no es la mula con la silla,
también son de esta quadrilla,
que en su exercicio perdidas
hoy te dan muertos a parvas,
dejando de quitar barbas,
don Juan de Austria ayer Barvero,
Godoy con su ojo saltado,
sin otros mil curanderos,
que un obligado, carneros.
Seré la gran doña Elvira,
porque a todos cursos mira.
con traiciones se conspira
que es por las ancas matante
que nosotros por delante.
CABALLEROS CHANFLONES
El que hacerse quisiera caballero,
póngaseme muy grave y muy severo
y aprenda muy despacio
lo que son etiquetas de palacio.
Si nombrare al virrey, diga, su esencia,
y no como la plebe, Su excelencia;
al título lo trate de Usiría,
y que le nombra así de cortesía
y a que no hablarle más ya se resuelve
porque no se la vuelve.
Entra aquí al elegar ejecutorias
el suponer hazañas y memorias
heroicas de ascendientes,
y el hacer a diez grandes sus parientes.
Si este tal caballero fuere pobre,
porque todo le sobre,
a una iglesia se vaya, y, por dos reales,
que a un cochero le dé para tamales,
por este corto logro que interesa,
le meterá en el coche o la calesa
donde abriendo del todo las cortinas,
por las calles remotas y vecinas,
cuantos fuere por ellas encontrando
los irá saludando
llamándole de vos al mal vestido
y al galán poderoso y engreído,
de tú, porque les oigan tutearse
y así piensan que llegan a igualarse.
Si el tal le preguntare dónde ha estado,
le dirá que ocupado:
Su esencia le ha tenido
en consulta, cansado y aburrido,
porque el gobierno todo lo ha fiado
de su corto discurso limitado,
y que nunca le deja, aunque
él se excusa
y murmure algo de él,
que así se usa.
4.5. ALONSO CARRIÓ DE LA VANDERA (CONCOLORCORVO
Alonso Carrión de la Vandera ,
también conocido como La Vandera . Concolorcorvo es el seudónimo de el indio
Calixto Bustamante que aparece como autor del Lazarillo de Ciegos Caminantes.
No se tienen precisiones de su arribo a las Indias (América) aunque es probable
que estuviera en la Nueva España hacia el año 1735, viajando luego al Río de la
Plata y al Perú donde combatió a las incursiones inglesas. En 1767 acompañó a
los Jesuitascuando estos fueron expulsados de los dominios españoles, sin embargo
en 1771 recibió el cargo de Visitador de Correos en el extenso tramo que media
entre las ciudades de Lima y Buenos Aires. La principal obra de Concolorcorvo
fue el libro titulado Lazarillo de ciegos caminantes (título completo:
Lazarillo de ciegos y caminantes desde Buenos Aires hasta Lima). En dicha obra,
el relator (en primera persona) es un viajero que narra en modo documental el
prolongado y lento viaje en carreta, previa etapa en Montevideo, desde la
ciudad de Buenos Aires hacia el Alto Perú pasando por Córdoba, Santiago del
Estero, San Miguel de Tucumán, Salta, Jujuy, Tarija. La narración documental
pierde su continuidad (o el texto prosiguiente está perdido) al entrar en el
Alto Perú.
El texto resulta valioso dado que
aporta información cultural, geográfica, histórica y económica de un extenso
territorio —con el típico y ameno carácter de la literatura de viajes—,
señalando observaciones que siempre resultan (por el estilo) novedosas, sobre
aspectos relevantes del territorio recorrido en su época; por ejemplo señala la
relativa pobreza arquitectónica de la ciudad de Buenos Aires, la opulencia
alcanzada por ciertos sectores de la sociedad cordobesa, la función de
milicianos de frontera que cumplían las tropas reunidas por el cabildo de
Santiago del Estero, lo propició para la agricultura de la zona de San Miguel
del Tucumán, la belleza de las mujeres de Salta las cuales, empero, solían
padecer de coto (esto por el agua carente de yodo que bebían), o la presencia
de gauderios en las zonas de Jujuy y Tarija, los cuales en opinión de
Concolorcorvo eran «soeces» y demasiado liberales, hecho que hacían notar con
mucha efusividad en sus canciones improvisadas (payadas) cantadas de igual a
igual por hombres y mujeres.
Modernamente se ha considerado
que el libro en cuestión, que se indica como editado en Gijón durante el año
1773 pero del cual se conoce primera edición impresa en Lima durante 1776 no
fue obra de Alonso Carrió de la Vandera sino de su secretario aborigen peruano
Calixto Bustamante, aunque la crítica considera que Bustamante era el lazarillo
o guía de La Vandera. En todo caso corresponde tener en cuenta ciertas notas
estilísticas (que ya se trasuntan en el título, que evoca el Lazarillo de
Tormes) semejantes a la literatura picaresca.
Otra obra firmada por
Concolorcorvo es la llamada Reforma del Perú (1783), texto con consideraciones
políticas que señalan la escisión del Virreinato del Perú ante la pronta
creación del Virreinato del Río de la Plata.
OBRA:
EL LAZARILLO DE LOS CIEGOS CAMINANTES:
Se trata de una carta del propio Carrió a Pedro Rodríguez Campomanes, Fiscal del Consejo de Castilla, en que Carrió declara expresamente que es el autor del Lazarillo, explica por qué lo escribió y se defiende de las críticas y acusaciones que recibió su obra. Al hilo de se importante documento, se revisa el enigma del cuatro PP., clave del Lazarillo.